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El corazón de la mujer

Las mujeres suelen subestimar el riesgo de las enfermedades cardiovasculares así como desconocer sus síntomas. En algunos casos la mujer puede presentar síntomas atípicos que dificultan el reconocimiento a tiempo de un evento cardiovascular. Conocer estos síntomas favorecerán una consulta precoz que previene complicaciones.

Las enfermedades del corazón pueden ser prevenibles.

Las mujeres somos excelentes cuidadoras de los corazones de niños, padres, amigos. Aprendamos a cuidar también el nuestro.

¿Sabías que muchas mujeres no reconocen el riesgo?

 Aunque las enfermedades cardiovasculares son una gran amenaza, muchas mujeres no lo perciben. 

Menos del 20% de las mujeres en algunos países de América Latina considera a las enfermedades del corazón como su principal causa de muerte, a pesar de haber recibido información sobre ellas.

Factores que aumentan el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares: 

Factores comunes tanto en mujeres como en hombres: 

  • La hipertensión (presión arterial alta)
  • El colesterol elevado
  • El sobrepeso y la obesidad
  • Una dieta poco saludable
  • La diabetes
  • El consumo de tabaco y bebidas alcohólicas.
  • La inactividad física y sedentarismo
  • El estrés
  • Problemas de sueño

Sin embargo, hay riesgos únicos para las mujeres. Estos incluyen:

  • La edad de la primera menstruación
  • El síndrome de ovario poliquístico
  • La menopausia temprana
  • Tratamientos hormonales como los anticonceptivos o la terapia de reemplazo
  • hormonal
  • Complicaciones durante el embarazo, como la diabetes gestacional o la hipertensión.

¿Cómo afectan estos factores a las mujeres?

Por ejemplo, las mujeres con síndrome de ovario poliquístico tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y problemas con los niveles de azúcar en sangre. 

Las mujeres que han tenido diabetes gestacional tienen hasta 7 veces más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.

La obesidad es un problema creciente tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, se ha visto asociado el aumento de peso a la menopausia; observándose una redistribución de la grasa corporal en las mujeres post menopáusicas que predisponen al aumento del perímetro de cintura (obesidad abdominal). Ésta condición es factor de riesgo para tres de las principales causas de muerte por enfermedades no transmisibles: las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y algunos tipos de cáncer. Además, la obesidad contribuye a aumentar la presión arterial, el colesterol y la inflamación en el cuerpo, y puede llevar a problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

 

Embarazo y Salud del Corazón.

Los trastornos hipertensivos, como la preeclampsia (hipertensión durante el embarazo), afectan al 5-10% de los embarazos y son una causa importante de complicaciones para la madre y el bebé.

La diabetes gestacional también es un riesgo, afectando entre el 1% y el 28% de las mujeres embarazadas en el mundo.

Además,  estas condiciones son factores de riesgo para el desarrollo de hipertensión y diabetes  luego de finalizado el embarazo.

 

La Lactancia y el Corazón.

La lactancia materna no solo es buena para los bebés, también protege la salud del corazón de las madres. Amamantar estimula la hormona oxitocina, que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares e hipertensión en la madre. Además, las mujeres que amamantan tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama y de ovario.

Según un estudio, las mujeres que han amamantado tienen un 14% menos de probabilidades de sufrir enfermedades coronarias, un 12% menos de tener un accidente cerebrovascular y un 17% menos de morir por enfermedades cardiovasculares.

 

¿Por qué a las mujeres les cuesta reconocer este riesgo?

Las mujeres tienden a priorizar menos su salud en comparación con los hombres. Muchas veces no siguen los tratamientos o no hacen ejercicio regularmente, incluso después de haber tenido un problema de salud. Parte de esto se debe a que priorizan las responsabilidades familiares, como el cuidado de los hijos; esto se suma a la falta de tiempo, lo que genera estrés y dificulta que puedan cuidar de su propia salud.

Como profesionales de la salud, es importante identificar estas barreras y motivar a las mujeres a seguir los tratamientos y adoptar estilos de vida más saludables.

 

¿Qué podemos hacer?

Desde lo personal, hay muchas maneras de cuidar el corazón:

  • Muévete más: camina siempre que puedas, sube escaleras o haz pausas activas si trabajas muchas horas sentada.
  • Proponte hacer  de 150 a 300  minutos de actividad física moderada por semana. Y  agregar al menos 2 veces por semana de ejercicios de  fuerza y 3 veces  por semana de ejercicios de equilibrio y coordinación si son mayor de 65 años. 
  • Bebe agua con frecuencia.
  • Hazte chequeos médicos regulares: es importante que conozcas tu presión arterial, tu peso y tus niveles de colesterol y azúcar.
  • Evita el alcohol y el tabaco y/o nicotina (también los dispositivos electrónicos con tabaco y nicotina). 
  • Mantén una alimentación saludable: incluye frutas, verduras, pescado y productos integrales en tu dieta. Reduce el consumo de sal, azúcar y bebidas azucaradas.
  • Busca formas de gestionar el estrés.
  • Procura un mejor descanso.
  • Infórmate: conoce los síntomas de un posible evento cardíaco y no ignores las señales de tu cuerpo.
  • No te postergues: ¡Tu salud es importante y tu tiempo vale!

Recuerda que la combinación de conductas saludables logran disminuir en más del 70% la aparición de enfermedades del corazón.

Las mujeres somos excelentes cuidadoras de los corazones de niños, padres, amigos. Aprendamos a cuidar también el nuestro.

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